El Círculo de la Sanidad y la Fundación Gaspar Casal presentan en el Ministerio de Sanidad “La Sanidad española en cifras 2018“ un informe bianual que muestra los principales indicadores que describen el funcionamiento y resultados del sistema sanitario. La doctora Alicia Coduras, investigadora del Instituto Opinòmetre ha participado en este estudio como coordinadora del libro.

Una de las conclusiones del estudio es que la sanidad pública española “mantuvo su reconocida posición en el marco global y europeo, resistiendo el clima económico adverso e iniciando una senda de mejora en diversos apartados“.

El libro incluye información relativa a la inversión, las listas de espera, la evolución demográfica, la morbilidad, la mortalidad, la caracterización sociodemográfica y de bienestar de la población, los estilos de vida y los determinantes biológicos y sociales, entre otros apartados. Asimismo, contiene información específica por comunidades autónomas, algo especialmente relevante si se tiene en cuenta que la sanidad es una competencia transferida en una parte importante a las autonomías.

La presión asistencial aumentó progresivamente en España entre los años 2012 y 2016 de forma discreta y acorde con el aumento de necesidades de la población, y especialmente, la mayor de 65 años. La esperanza media de vida se situó en 82,5 años, una de las más altas del mundo, por lo que la problemática asociada al envejecimiento es uno de los grandes retos que afronta nuestro sistema sanitario en todas las Comunidades Autónomas. Asimismo, la elevada tasa de desempleo juvenil, incrementa el índice de dependencia juvenil en numerosas comunidades autónomas, por lo que este apartado necesita también de atención junto a la dependencia de personas mayores.

La tasa de mortalidad general ajustada por edad española disminuyó un 3,5% entre los años 2012 y 2015, de forma que nuestro país ocupó ese año la décima posición entre 32 países europeos. Las causas más prevalentes son las asociadas con enfermedades del sistema respiratorio, las neoplasias malignas de colon y canal rectal, el consumo de drogas y la mortalidad perinatal.

En el apartado de la morbilidad, 5 tasas (Hospitalización de diabetes, tuberculosis, enfermedad cerebrovascular, enfermedad hipertensiva y EPOC), disminuyeron en más del 50% de las autonomías entre los años 2012 y 2016. Las tasas menos elásticas han sido las de accidentes (laborales y de tráfico). El asma, la diabetes y los trastornos mentales (especialmente el Alzheimer) han aumentado leve pero significativamente).

En estilos de vida, hay que destacar 5 disminuciones positivas (tasa de riesgo de bebedores de alcohol, consumo de tabaco, recién nacidos prematuros, tasa de pobreza y porcentaje de personas de 25-64 años con estudios inferiores a primarios) y 4 aumentos con impacto negativo (sedentarismo, consumo de cannabis en población mayor y adolescente, sobrepeso y obesidad y recién nacidos con bajo peso)

Finalmente, destacamos que la cobertura de población por el sistema de sanidad público está en torno al 99% de la población en todas las autonomías y que el gasto público ha aumentado discretamente, si bien, no de manera uniforme en todas las autonomías, advirtiéndose que sería deseable un incremento de inversión en recursos humanos y materiales con el fin de mejorar la gestión y ajustar la demanda a los servicios aminorando el impacto de las listas y tiempos de espera, aspecto más débil de la estructura del sistema.